El término “autismo” fue utilizado por primera vez en 1911 por Eugen Bleuer, al referirse al comportamiento de apegarse al mundo de fantasía (evitar relaciones sociales) que tenían algunos de sus pacientes esquizofrénicos. Mientras que Kanner hacia relacionaba el concepto con “la incapacidad de establecer vínculos relacionales”.
Más tarde el término “autismo” se refirió a cuestiones más especificas, sin confundir el síndrome con otras condiciones psiquiátricas, el nuevo significado se refería a la incapacidad de relacionarse con otros, retraso notorio en la adquisición de lenguaje, dificultad de comprensión y otros comportamientos (movimientos repetitivos, poca capacidad de atención, poco control sobre las necesidades fisiológicas y acciones para auto lesionarse).
Poco después se empezaron a aplicar ciertas pruebas a niños, con comportamientos extraños, para comprobar dichas hipótesis.
El concepto del trastorno ha sido motivo de debate entre los estudiosos del autismo. Con el tiempo han surgido diversas técnicas de exploración neurológica en relación a la terapia de dichas conductas, se han producido significativos avances en el estudio del autismo, más no se han podido concretizar los síntomas que posee el trastorno autista.
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